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El Blog de Daniel Higa Alquicira

El agua potable en los tiempos de la pandemia

El agua potable en los tiempos de la pandemia

La pandemia de COVID-19 sorprendió al mundo y todo hace suponer que llegó para quedarse. Ha afectado la convivencia social, la economía familiar y la salud de miles de personas; al tiempo que también ha puesto al descubierto las carencias de los sistemas de salud así como los efectos nocivos de la alimentación deficiente que ha preponderado sobre todo en las grandes ciudades, haciendo aún más peligrosa esta enfermedad.

Así mismo se han recrudecido las brechas sociales en términos de acceso a los servicios básicos, pero sobre todo con respecto al agua potable, que es una de las herramientas fundamentales para combatir al coronavirus. En cuanto a la higiene, es básico el lavado continúo de manos y de los espacios de convivencia; además de que las personas ahora más que nunca deben mantenerse hidratadas para fortalecer su organismo.

Antes de la pandemia el consumo de agua embotellada en México ya era una práctica común y de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 76% de los hogares en el país compran agua de garrafón o embotellada para beber.

Entre las principales motivaciones para consumir agua embotellada, cerca del 65% prefiere esta práctica por razones relacionadas a la salud y otro 20% debido al “sabor o color del agua de la red pública”, esto de acuerdo a los resultados del Módulo de Hogares y Medio Ambiente (MOHOMA) del INEGI.

Agua embotellada contamianda

Pero la percepción de seguridad que se puede tener por consumir agua embotellada o de garrafón, ha quedado en entredicho debido a que el líquido tampoco está libre de contaminantes. Un estudio realizado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), detectó altos niveles de bacterias, metales pesados y de materia fecal en el líquido que aparentemente pasó por un proceso de purificación.

“Una muestra de 111 envases de 20 litros de agua, procedentes de pequeñas plantas purificadoras de la Ciudad de México, 62 por ciento fueron positivos a bacterias coliformes que son un indicativo de presencia de materia fecal, mientras que 21 por ciento fueron positivos para E. Coli, que es otro de los indicadores de materia fecal”, dice este estudio realizado por la Escuela de Ciencias Biológicas del IPN.

A estos dos factores, la contaminación del agua embotellada y la necesidad de mantenerse hidratado en medio de la emergencia sanitaria por el coronavirus, hay que sumarle el costo económico que representa el consumo de estos productos, ya que de acuerdo a un análisis realizado por la empresa Kantar Worldpanel México, “cada hogar en el territorio nacional adquirió mil 385 litros” y gastó al menos “mil 315 pesos” en un año.

Altos costos económicos

Con estos números, “en promedio los hogares gastan casi el doble en la compra de agua embotellada en relación con la tarifa que se paga al organismo operador que distribuye el agua” y peor aún, “el consumo de agua para beber o cocinar representa únicamente el 2% del consumo total en el hogar, por lo que se está pagando un precio muy alto si se compara lo que se paga por litro entre la tarifa y el agua embotellada”, asegura el estudio El agua embotellada y los contenedores de plástico ¿Qué tan confiables son? 

Poniendo en la balanza de costo beneficio, este estudio señala que “la calidad del agua, principalmente en purificadoras de agua, ha mostrado no ser en todos los casos adecuada para un consumo seguro”, por lo que se deben valorar las variables de “la calidad del agua, el impacto económico, el efecto en el medio ambiente y el efecto en la salud de los consumidores”.

Más allá de estas cifras, la situación generada por la COVID-19 y aunado a las medidas de distanciamiento social impuestas por las autoridades, también han complicado en cierta medida el reparto de los garrafones de agua en los hogares o en el peor de los casos, al estar en contacto con los vendedores o tener que salir a la calle a comprarlos, aumentan el riesgo de contagio de esta enfermedad que ha mostrado su faceta más peligrosa en los últimos meses.

Filtrar el agua de la llave

Bajo este escenario de emergencia sanitaria que ha impactado de manera sustancial la mayoría de las actividades de las personas en todo el mundo, cabe buscar opciones para poder acceder a agua potable segura en entornos urbanos en donde la mayoría de los hogares tienen acceso a la red de abastecimiento del sistema público.

Una de ellas puede ser la purificación del agua de la llave en el punto de consumo; es decir, utilizar un filtro que elimine directamente los contaminantes en el propio hogar y que este proceso suceda de manera inmediata.

Aunque es un método muy efectivo para obtener agua potable libre de contaminantes, no ha tenido un arraigo masivo en los hogares de México debido a la idea de que es muy caro y además, de la percepción de “seguridad” que ha generado la mercadotecnia en torno al agua embotellada y sus “altos niveles de pureza”.

Romper con este círculo representa un gran reto ya que “el consumo de agua embotellada sigue creciendo en México, pero confiamos en que en algún momento experimentará una desaceleración cuando las personas sean conscientes de los beneficios que ofrecen otros sistemas”, asegura Sergio Dondish, director general de WaterStation.

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