Los trastornos mentales son enfermedades que afectan la salud de las personas produciendo estados de angustia, ansiedad, aislamiento social, miedos y en algunos casos llegan a ser discapacitantes. Entre los más comunes se encuentran la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y la bipolaridad así como la esquizofrenia; aquí algunos de sus síntomas y definiciones.
Depresión
La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes en la actualidad y se define como una enfermedad mental severa y discapacitante que afecta de manera profunda a las personas que la sufren. Puede ser producida por un factor estresante como la pérdida de alguna persona u objeto, así como por una disfunción orgánica del cerebro.
Entre sus principales características se encuentra un estado de tristeza profundo y prolongado, falta de interés por las personas, proyectos y cosas; somnolencia excesiva y cansancio físico; cambios evidentes y sin motivo en los estados de ánimo, baja autoestima, pensamientos suicidas y estado ansiedad.
Esquizofrenia
La esquizofrenia es otro trastorno mental muy común y uno de los más graves, ya que afecta de forma directa la manera en que el individuo percibe su realidad. Así, el enfermo mental puede escuchar, sentir, o ver cosas que no existen, alterando profundamente la forma en que se relaciona con los demás y con su entorno.
Dentro de los síntomas más evidentes de la esquizofrenia se encuentran las alucinaciones y las alteraciones del pensamiento, llegando a crear cuadros de paranoia y delirios en donde el enfermo es incapaz de diferenciarlos de la realidad.
Trastorno Bipolar
Esta enfermedad también se le conoce como maniaco-depresiva y es uno de los problemas mentales más graves, ya que impide un equilibrio adecuado de las emociones y del estado de ánimo, provocando que el enfermo pase de los estados de excitación a otros de profunda depresión en espacios muy cortos de tiempo.
Es el causante de muchos suicidios y entre sus síntomas se encuentran periodos de desesperanza, tristeza, pesimismo y negatividad; así como sentimientos de culpa, ansiedad, insomnio y pensamientos recurrentes de muerte.
Luego puede haber periodos de normalidad conocidos como “eutimia” y posteriormente los episodios maniacos, en donde se muestra autoestima y felicidad exagerada, así como euforia desmedida y vitalidad excesiva; además se llevan a cabo acciones de alto riesgo con un aumento de la actividad sexual y adicciones a sustancias prohibidas.
Trastorno obsesivo-compulsivo
El trastorno obsesivo complulsivo (TOC) se caracteriza por el surgimiento de ideas o pensamientos no deseados que aparecen con frecuencia en la mente del enfermo y le causan graves estados de ansiedad, que los calma temporalmente con compulsiones, que pueden ser acciones repetitivas como lavarse frecuentemente las manos, limpiar los objetos, cerrar las puertas continuamente o tocar cosas para frenar así la ansiedad y la angustia que provoca la obsesión.
Este mal es difícil de detectar ya que los pacientes viven sus obsesiones y compulsiones en secreto, pero con un grado de inseguridad personal muy elevado y autoestima muy débil.