El debate de los presidenciables en México

Mucho se va a hablar sobre el primer “debate” que sostuvieron los cuatro candidatos a la presidencia de la República Mexicana, debido a la pobreza de contenidos y de propuestas. Dicen los expertos que más que un debate, fue un espacio que cada uno aprovechó para hablarle a sus seguidores y poco les importó lo demás.

Todavía no se sabe quien fue el ganador de este encuentro y aunque algunas encuestas digan que Josefina Vázquez Mota fue una de las mejor posicionadas o que Quadri fue la sorpresa, lo cierto es que no se cumplieron los pronósticos de que Peña Nieto iba a ser apabullado por sus contrincantes debido a su supuesta lentitud  mental para manejarse en público sin guiones o apuntadores.

Sin duda, el que más simpatías levantó –después de la edecán, que para estos momentos es considerada como la ganadora del debate- fue Quadri, que con una postura simple y fuera de protocolos, intentó transmitir algunas de sus ideas acerca de los temas establecidos, pero esto obviamente apenas le va a representar uno puntitos más en su campaña.

La disputa por el liderato

Pero el tema de fondo es si la distancia entre el puntero (Enrique Peña Nieto) y los dos segundos lugares (Josefina Vázquez Mota y López Obrador) se iba a reducir luego del debate. Y la respuesta parece ser que no y en el peor de los casos para el abandero priísta, si esto llegara a suceder sería una cifra que no pone en riesgo su liderazgo en las preferencias.

Lo más grave es que el debate no presentó nada nuevo, no nos ofrecieron algo verdaderamente relevante como para que los indecisos pudieran tomar postura por alguno de los candidatos o los que ya estaban decididos, cambiaran su intención de voto.

Muchos acreditan esta situación al formato tan rígido que eligió el IFE. Si bien es cierto que el formato fue limitante y poco claro, faltó imaginación por parte de los candidatos para presentar sus ideas. Sus discursos fueron planos y aburridos, además de que sus propuestas –las pocas que plantearon- son “más de lo mismo”.

La esencia de los debates

Por otro lado, hay un punto intrínseco de interés en los debates y es la forma en que se van a atacar o contraatacar los candidatos luego de recibir acusaciones o reclamos por parte de sus adversarios, algo que para mucha gente es el corazón de estos encuentros por la pasión y los desencuentros que generan y que les da un termómetro para elegir –sobre todo a los indecisos- a uno o a otro candidato según sus reacciones y la habilidad que tengan para sacarse de encima la presión.

Pero ni eso hubo en este debate. Solo amagues, uno que otro dardo bien lanzado pero que no dio en el blanco, algunos intercambios de acusaciones y nada más. La primera que intentó atacar fue Vázquez Mota pero a lo largo del encuentro se fue apagando y cedió su lugar a López Obrador, que con la experiencia que tiene, logró mantener la atención de Peña Nieto que se quejó de ser atacado por dos frentes pero que a los dos logró contener sin sufrir mayor daño.

La debilidad de la candidata del PAN 

De cualquier manera hay varias cosas que llaman la atención. La primera es la postura de Josefina Vázquez Mota con respecto a su posición como candidata del partido oficial. Y es que su discurso se basa más en tratar de demostrar las fallas de Peña Nieto en lugar de enaltecer los logros del gobierno actual, al que perteneció y al que le debe absoluta obediencia y sumisión.

Esto marca un punto muy débil en la candidata del PAN, ya que con esta postura coloca inconcientemente en el poder al PRI, como si estuviéramos en las postrimerías de las elecciones del año 2000, pero sin posibilidades de que el blanquiazul gane en esta ocasión

Además de que no va a conseguir nada diciendo que ella “si pude mirar a los ojos” o que no “representa a ningún grupo oculto”,  ya que está atada a los logros y fracasos de los gobiernos panistas en donde ella fue funcionaria pública y es coparticipe de la situación que vive México.

Las "mafias" de López Obrador

Por otro lado, está Andrés Manuel López Obrador que mantiene las acusaciones de que hay “mafias” que controlan México y que no permiten que llegue al poder. Un discurso muy gastado y poco claro, porque finalmente casi todos sospechamos que sí existe esa “mafia” y que en 2006 hicieron lo suficiente para que el candidato de las izquierdas no ganara la presidencia, pero como tema revelador ya se agotó.

López Obrador ahora se encuentra en el segundo o tercer puesto según la encuesta que se consulte, gracias a la postura que asumió luego de las elecciones del 2006 –sobre todo de cerrar Reforma- y que le costó perder a un gran número de seguidores que si bien no eran perredistas o de izquierda, simpatizaban con sus ideales, pero se sintieron defraudados por sus acciones y ahora ese grupo pertenece a los indecisos o los que están dispuestos a anular su boleta electoral en el peor de los casos.

El líder de las encuestas y el invitado

Para Peña Nieto, este debate sirvió para mitigar los fantasmas que lo perseguían desde su presentación en la Feria del Libro de Guadalajara y con su postura acartonada y todo, logró esquivar los ataques y atacar –levemente pero lo hizo- a López obrador y a Vázquez Mota. Aunque no fue el ganador del debate, no perdió y eso lo mantiene en la cima de las encuestas. Cosa que es difícil de entender pero que marca un parámetro muy duro para el PAN, ya que la gente considera que en los últimos dos sexenios las cosas han estado peor que en los 70 años previos.

Finalmente viene Quadri, que al ritmo que marca su combi, ahí está como no queriendo y haciendo un poco de ruido a “los políticos tradicionales”. Con una postura libre, un tanto irreverente para el ambiente político y con la seguridad de que pase lo que pase con el no va a pasar nada, se atreve a decir algunas cosas como parte de su ideario de buenos propósitos. Lo malo de todo esto, es que él también carga un fantasmota a sus espaldas y es la figura de su lidereza, que es como el “coco” que aterra a los niños por las noches.

El cambio en México

De tal forma que se ve muy difícil que haya un cambio real en México y hasta este momento, estamos en la puerta que nos va a llevar a una “nueva era” de un “país diferente” con las mismas formas y las mismas ideas de las que hace 12 años estábamos seguros de que nunca más volverían si no evolucionaban.

Ahora lo preocupante es que no se alcanza a distinguir si los que van a la punta en las encuestas evolucionaron o la sociedad ha sufrido un retroceso tan grande que la lleva nuevamente a la fórmula tan triste de “que más vale viejo por conocido que nuevo por conocer…”

(Columna semanal del Diario Digital International Business Times México)

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